Es curioso que haber estado pintando y limpiando la casa haya contribuído por partes iguales a que no escriba en el blog durante 4 días y a que se me ocurra algo para publicar hoy. El caso es que esta mañana, terminando de ordenar los últimos trastos encontré varios dibujos míos y entre ellos este, que me inspiró el siguiente relato. Espero que lo disfrutéis. Un fuerte abrazo y ¡hasta la próxima!
Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz pudo verla. Parecía haber estado habitada en otro tiempo, ahora abandonada. El musgo y el polvo conquistaban las fachadas de los viejos edificios, muchos de ellos derribados. Como gigantes de acero y cristal se alzaban al cielo desde lo más profundo del bosque y en sus grietas penetraba la luz de un sol amarillo.
Vio que en el suelo y sobre algunos de ellos reposaban
ciudades que como mantos grises se extendían y cubrían la tierra y el
horizonte. También vio playas desiertas que la rodeaban y acantilados
donde rompían con fuerza las olas. Caminó unos metros hasta el borde del edificio. Bajo sus
pies se alzaba un puente que la conectaba con el continente. Aunque allí, en la isla, había muchos más. Puentes
y caminos, elevados y a la altura del
suelo, que unían las inmensas torres y las ciudades entre sí.
Por primera vez se percató del silencio ominoso que allí reinaba.
Tan sólo, de vez en cuando, se oía un eco procedente del bosque, parecido a un
chillido agudo que vibraba en su pecho y que, de alguna forma, le resultaba
familiar.
Entonces Louis sintió miedo.
Hola Sergio:lo que te puedes encontrar cuando te decides a hacer una linpieza general, cosas que teniamos olvidadas por completo y ya ves, que dibujo mas precioso y lo que puede dar de sí pra hacer de el una historia.Suerte y muchos besos.
ResponderEliminarGracias Valentina! Muchos besos para ti también!
EliminarViendo el dibujo incluso tiene un poco de sentido...
ResponderEliminar¿Sólo un poco? :p
EliminarQuién te iba a decir que al cabo de los años algo hecho por ti mismo se ha transformado en una relato inesperado. Muy bien Sergio, la vida es transformación .
ResponderEliminarQué filosófico tu comentario Susan! Y sí, quién me lo iba a decir...La verdad es que guardo casi todo lo que hago. Hasta que llega el día en que hago limpieza y pueden pasar dos cosas: que me guste lo que he encontrado (tal es el caso de este realto) o que me parezca una mierda infame que no puedo aguantar y la tiro jeje. Un abrazo!
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