¿Qué es lo que pasa cuando
crecemos y olvidamos gran parte de nuestra infancia? Nadie sabe a ciencia
cierta el por qué, pero parece como si nos borrasen la memoria de una época
pasada. Época que solemos recordar como feliz y que, sin embargo, tiene mucho de
tragedia. Porque no lo recordamos no podemos saber cómo fue, pero sus huellas
están grabadas en nuestro inconsciente, en nuestros patrones de conducta tan antiguos
y sumamente interiorizados.
No se suele hablar de lo dura que
ha sido la propia infancia. Parece que la infancia tiene que ser siempre feliz,
que fuimos niños buenos, sonrientes y que nunca han sentido celos
ni rabia. Parece que hayamos olvidado el sufrimiento de ser un niño pequeño,
asustado e incomprendido y sin la capacidad de hacerse entender; que necesita amor,
puro amor, para sobrevivir a esa etapa que tanto nos marca y que determina en
buena medida lo que hoy somos.
¿Acaso no seguimos siendo ese niño asustado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario