11 de agosto de 2016

Ritmo explosivo



       Excéntrico, dramático, hiperactivo, así era él dentro y fuera de los escenarios. Su estilo, exuberante, innovador, emocionante. Su ídolo, Gene Krupa. Su religión: el Rock & Roll.
Una noche más, y como si fuera la última, Keith golpeaba su batería en The Smothers Brothers Comedy Hour. Ímpetu, sudor, éxtasis, convulsiones sin perder nunca el compás. En el cenit de la canción el bombo explota. Keith se asusta, a su colega Pete se le ha chamuscado el pelo, uno de los platillos se ha roto en pedazos y una esquirla metálica se le ha clavado en el brazo como si de metralla se tratara. Sentía fascinación por las explosiones. Había colocado un explosivo en su batería antes del concierto. Volaba con dinamita los inodoros de las suites en las que se alojaba. Curiosos hábitos que junto a su increíble talento lo hicieron famoso a él y a su grupo.
Pero pronto ese talento se desvanecería. Su estilo de vida excesivo, y sus múltiples adicciones le hicieron perder el rumbo. 

-Keith, amigo mío, si sigues por este camino vas a morir- le decía Ringo, su amigo y admirador.
-Ya lo sé…- respondía Keith con gesto triste en su cara. Estaba atrapado.
                                                                                                                                                                                    
29 de Julio de 1978. Una noche más, y como si fuera la última, excesos. 32 pastillas de Clometiazol en su estómago son suficientes para acabar este relato.

  R.I.P Keith Moon (1946 - 1978)

1 comentario:

  1. ME GUSTA LA ESPOSICIÓN, el relato, la manera de como cuentas parte de su historia,con arte, sensibilidad ,maestria y mucho talento por desarrollar.Adelante continua escribiendo...GRACIAS.

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